Con el desarrollo de plataformas de contenido audiovisual como Netflix o HBO, nos hemos convertido en grandes consumidores de series de ficción. Paradójicamente, si hay algo en que se suelen basar las series de ficción es la vida real. El factor “basado en hechos reales” se erige como un gancho de atractivo infalible para atrapar a la audiencia. Ahora bien, ese eslogan trae ciertos dolores de cabeza a los creadores y plataformas, pues no todo vale desde el punto de vista jurídico y no son pocas las demandas que han tenido que enfrentar en este ámbito.
Cada vez resultan más frecuentes los litigios relacionados con la utilización de historias o personajes reales para crear contenidos. En nuestro blog, queremos prestar atención a los diferentes problemas jurídicos que pueden derivarse de películas, series y productos asimilados, con especial énfasis en aquellos relacionados con el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen. En la entrada de hoy, examinamos el caso de Olivia de Havilland y la serie Feud: Bette and Joan.
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